Homilética
Arte de predicar
La homilética, en teología, es el género discursivo mediante el cual se realiza predicación religiosa. Como tal, homilética designa, a la vez, el arte de la predicación y la disciplina que se encarga de su estudio.
La palabra, como tal, proviene del griego homiletikos, que significa ‘reunión’, ‘conversación’.
En este sentido, la homilética es una disertación a través de la cual se explica, aplicando los principios generales de la retórica, una doctrina religiosa determinada, principalmente la cristiana.
Según la Biblia, la predicación o el sermón homilético fue la forma principal utilizada por Cristo para comunicar la fe durante su ministerio terrenal. Sería seguida por los apóstoles para trasmitir a otros los principios generales de la religión.
Existen dos tipos fundamentales de homilética, dependiendo de sus intenciones. Por un lado, está el ministerium, que es aquella que está dirigida a creyentes, y por el otro se encuentra el magisterio, que es la que se dirige a los no creyentes en la fe de Cristo.
Como disciplina de estudio,la homilética trata sobre la composición, la elaboración y los contenidos apropiados para la correcta predicación del sermón. Tres elementos, como tal, destacan para su composición: la elección de un tema, una estructura y un estilo.
Los temas, [...], por lo general, versan sobre la fe y las costumbres;
la estructura clásica, por otro lado, solía ser la lectura de un pasaje para su interpretación y explicación según sus puntos doctrinales;
y el estilo que podía ser un diálogo simulado entre un sujeto imaginario, a la manera de un debate.
https://www.significados.com/homiletica/
La exégesis
La exégesis es la interpretación objetiva del significado de un texto, es decir, su explicación literal e investigativa, aunque en algunos contextos también filosófica, histórica o religiosa, como ocurre con la exégesis bíblica. A quienes la ponen en práctica se les conoce como exégetas.
Esta palabra proviene del griego antiguo, específicamente del verbo exegeomai, traducible como “guiar hacia afuera”, es decir: “exponer”, “extraer”, en el sentido de sacar la verdad de adentro de una cosa. Así, se considera la exégesis como la recuperación de la verdad de un texto, entendida como su interpretación crítica y completa, sin dar cabida a las subjetividades del interpretante. En esto se distingue de la exégesis.
Comúnmente, un ejercicio exegético involucra la revisión del contexto histórico y cultural del texto a interpretar, tomando en cuenta la traducción del mismo, sus palabras significativas o peculiares, sus variables, límites y contextos internos, o sea, una visión más bien científica del texto. Por lo tanto, suelen ser llevados a cabo por especialistas en la materia.
Un caso muy frecuente de exégesis es el que involucra los libros sagrados como la Biblia, el Corán o similares, que debido a su importancia histórica y cultural pueden ser interpretados como documentos y como obras literarias, o como la palabra divina de Dios sobre la Tierra.
Exégesis y hermenéutica
La exégesis y la hermenéutica tienen ambas que ver con la interpretación, pero a niveles y desde perspectivas muy diferentes entre sí.
La exégesis, como hemos visto, gira siempre en torno a un texto, del cual se busca “extraer” la verdad más objetiva, o sea, el sentido más completo, científico y explicativo. Por otro lado, la hermenéutica es la ciencia de la interpretación de los textos, es decir, la disciplina que se ocupa del estudio sistemático de la traducción, la explicación y en entendimiento de los textos escritos, especialmente los antiguos.
Podríamos, entonces, afirmar que la exégesis es apenas una de los métodos posibles de interpretación que estudia la hermenéutica, ya que esta última posee una visión y un campo de intereses más amplio, y constituye además una disciplina, mientras que la exégesis es apenas una práctica.
La oratoria
En Comunicación, Publicidad y Periodismo: Conocer más sobre el arte de expresar en el momento justo y de la forma correcta el mensaje que quieres transmitir.
¿Qué es la oratoria?
La oratoria es el arte de decir, y especialmente de saber decir. Se refiere a poder expresar en el momento justo y de la forma correcta el mensaje que queremos transmitir. Según la Real Academia Española, específicamente, la oratoria es “el arte de hablar con elocuencia”.
El estudio de la oratoria te permite aprender a expresar las ideas, y a lograr que la audiencia te interprete como deseás que te interprete. Esa audiencia no siempre es un gran auditorio, como en el caso de un congreso o un seminario: puede simplemente tratarse de un grupo de alumnos, de amigos, o incluso una persona con la que desees mantener un diálogo.
Estudiar oratoria te permitirá lograr fundamentalmente estos objetivos:
Contar con un vocabulario adecuado a cada situación.
Expresarte de la manera correcta.
Lograr el ritmo adecuado en tu discurso.
Romper con el bloqueo que genera el pánico escénico.
Según el objetivo del discurso, puedes incursionar y aprender distintos tipos de oratoria. A través del exordio –una de las cinco partes del discurso- y luego el desarrollo del tema, puedes lograr atrapar a la audiencia, llegar a un cierre fantástico y conseguir que quien interpretó tu mensaje correctamente se vaya con ganas de más. Así puedes llegar a la fibra más íntima de cada persona, apelando a los sentimientos, a las imágenes, a los sonidos, y lograr que las personas te escuchen, sembrando en ellos la idea de que desandar un camino significa el comienzo de otro.
Las técnicas desarrolladas en la oratoria para el correcto uso de la vocalización, la respiración, la relajación, la postura, el tono, la voz, el ritmo, te ayudarán a expresarte correctamente ante un público que en general puede ser variado en cuanto a su rango etario, nivel sociocultural, ideas o creencias. La oratoria permite que estas diferencias no constituyan un problema, porque a través de su correcto ejercicio se puede lograr llegar a todos por igual.
¿Cómo ser un buen orador?
Sin dudas, ser un buen orador puede facilitar muchas cosas en la vida. De hecho, manejar el arte de la oratoria, es una de las claves para tener éxito en la vida.
Según la web especializada Liderazgo hoy, un gran líder necesita ser un gran comunicador. Pero eso solo no alcanza, existen algunos secretos o claves para tener en cuenta a la hora de intentar sobresalir en este arte, ya sea porque se necesita ante una oportunidad ocasional de dar una presentación en el trabajo o porque el negocio o profesión al que uno se dedica obliga a ofrecer constantes presentaciones, charlas o discursos.
Estos secretos servirán para sobresalir en el arte de la oratoria. Estas son algunas claves para ser un gran orador
El objetivo principal es ser memorable.
El objetivo principal de toda presentación o charla es: que a uno lo recuerden, es decir que las personas se acuerden de algo que uno dijo 1 hora, 1 día, 1 mes y 1 año después. Si bien todas las estrategias que se puedan utilizar son importantes, no es lo mismo confundir el objetivo de una charla con convencer a alguien que compre un producto, o en entretenerlo, o hacerlo llorar, etc. Es importante tener presente que siempre el objetivo final es ser memorable.
Focalizar en las necesidades de la audiencia
Ningún discurso se repite de manera igual a distintas audiencias. Las distintas audiencias tienen diferentes necesidades y un buen orador se toma el tiempo de entender cuál es su audiencia y cuáles son sus necesidades. No es lo mismo hacer una presentación para adolescentes que para adultos mayores, por ejemplo, su foco de atención pasara por otro lado. Las ideas principales pueden ser las mismas, pero las preguntas, los ejemplos e incluso el flujo de la presentación deberá variar según el grupo al cual uno se dirija
Tener una estructura:
Toda presentación debería tener una estructura organizada, como un libro o una película: presentación, nudo y desenlace. En la presentación o principio el orador se enfoca en plantear el problema y ofrecer una promesa acerca de esto. Luego en el nudo o medio se ofrece lo principal de la presentación y se finaliza cumpliendo la promesa planteada de una forma que sea memorable creando impacto en la audiencia.
Un consejo tiene que ver con que no queda bien memorizar la presentación. Uno puede hacer un esquema de ideas principales y la manera cómo se entrelazan unas con otras y guiarse con ese esqueleto. Sin embargo, si uno ofrece un final especial, en ese caso es mejor tenerlo bien presente. Debido a que uno nunca conoce de qué manera se dará la presentación (en oportunidades puede extenderse por el público o debido a algún imprevisto tal vez fuera necesario hacerla más corta) siempre es importante estar listo para cerrar, por lo tanto, tener bien fijado en la memoria el final es fundamental.
Poner en práctica el lenguaje no verbal:
El lenguaje no verbal (los gestos, la vestimenta, los movimientos, la posición de las manos, etc.) es tan importante como el contenido de lo que se dice en una presentación. Los buenos oradores comprenden cómo desenvolverse en el escenario maximizando la comunicación a través del lenguaje no verbal. Hay ciertas pautas a tener presentes: para inspirar confianza y honestidad se deben mantener las manos fuera de los bolsillos y abiertas con las palmas apuntando a la audiencia. Para que la audiencia focalice en el rostro, es fundamental no tener una vestimenta llamativa. Realizar pausas, cambiar las tonalidades y el volumen de voz alimentan la atención de la a la audiencia
Interactuar con la audiencia:
Interactuar con la audiencia siempre ayuda a mantenerla atenta al mensaje. Lo importante es que sea corto y específico. Las interacciones demasiado largas generan aburrimiento por parte de los que nos son parte de la interacción. Sin embargo, interacciones cortas obligan a las personas a estar atentas porque no saben si les van a preguntar a ellos en cualquier momento.
Ser Prácticos:
La practicidad es una herramienta clave. Los mejores discursos son aquellos que llevan a la audiencia a algún tipo de acción. Por eso los mejores oradores llevan su tema a niveles prácticos de manera que cualquier persona pueda aplicar algo de manera inmediata.
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Sermon Cristiano
¿Cómo estructuramos el Sermón Temático?
Sermón Expositivo
Sermones Textuales
Breve descripción de un sermón cristiano:
Características:
¿Cómo estructuramos el Sermón Temático? [...], el Sermón Temático se desarrolla a partir de un tema. Ofrece una enorme variedad de posibilidades para, no solo presentar y desarrollar un asunto, sino para absolver todos los interrogantes que puedan surgir. Edifica a los oyentes, pero primero, edifica al predicador.
El Sermón a elaborar tiene como título propuesto: “El amor de Dios hacia la humanidad”.
1.- Las Divisiones Mayores ¿DE DÓNDE SALEN?
Cuando no tenga claro qué puntos o Divisiones Mayores deben incluirse, lo más aconsejable es que le formule interrogantes al título.
Imagine por un instante que usted oye, de manera desprevenida, el título de la exposición que otra persona va a compartir. “El amor de Dios hacia la humanidad”. Usted ¿Qué puntos quisiera escuchar en torno a ese aspecto? También: ¿Qué preguntas le despierta el amor de Dios? Si usted se ubica en los zapatos de la congregación, seguramente podría plantearse los siguientes interrogantes:
¿Por qué nos amó Dios?
¿Cómo se manifiesta el amor de Dios?
¿Qué produce el amor de Dios en nuestras vidas?
2.- Defina LAS RESPUESTAS
El paso siguiente es más sencillo. Hay dos formas. La primera, buscar en una Concordancia Bíblica los versículos y pasajes referentes al amor de Dios. Hay un buen número.
Un ejemplo práctico. Supongamos que ya hallamos los siguientes versículos:
Juan 3:16; Filipenses 2:8; 1 Juan 3:1; 2 Corintios 5:17-19; Efesios 3:14-18
También encontramos otros versos que, aunque no hablan directamente del amor de Dios, expresan de qué manera y por qué, nos amó el Creador:
Génesis 1:1; Salmos 57:10; Romanos 5:5-7; Romanos 13:10
Es natural que encontremos muchos más. Pero específicamente en este ejemplo, utilizaremos los que anoté.
3.Estructure EL MENSAJE
¿Qué paso seguir? Con base en todo este cúmulo de material bíblico, comenzar a responder los interrogantes. Las Divisiones Menores, es decir, los puntos que desarrollaremos, deben expresarse en ideas cortas, concisas.
Siguiendo este proceso, el Bosquejo del Sermón Temático podría quedar así:
Título: “El amor de Dios hacia la humanidad”
Base Escritural: Juan 3:16
I.- ¿POR QUÉ NOS AMÓ DIOS?
a.- Porque somos su creación (Génesis 1:1)
b.- Porque la misericordia de Dios es eterna (Salmos 57:10)
c.- Para abrirnos la puerta a hacernos sus hijos (1 Juan 3:1)
d.- Porque no quiere que pasemos a la eternidad sin El (Juan 3:16)
II.- ¿CÓMO SE MANIFIESTA EL AMOR DE DIOS?
a.- A través de la obra de su Hijo Jesús (Juan 3:16)
b.- Por el sacrificio de Jesús en la cruz (Filipenses 2:8)
c.- A través del Espíritu Santo (Romanos 5:5-7)
III.- ¿QUÉ PRODUCE EL AMOR DE DIOS EN NUESTRAS VIDAS?
a.- Produce amor en nuestras vidas (Romanos 13:10)
b.- Nos reconoce como Padre. Somos sus hijos (2 Corintios 5:17-19)
c.- Hizo que Su Espíritu habitara en nuestras vidas (Efesios 3:14-18)
Este representa sólo el fundamento. Pero en esencia, la recomendación es que se tenga mucho cuidado, de un lado en la escogencia de los versículos y pasajes bíblicos, y de otra parte, no insertar versículos que digan lo que yo como predicador quiero decir, sino que expresen lo que Dios quiso decir a través de los autores de cada texto.
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Sermón Expositivo: Se llama sermón expositivo al que toma como texto un largo pasaje bíblico. Los antiguos padres de la Iglesia llamaban a tales sermones "Homilías"; de ahí la palabra "Homilética", que se aplica al arte de preparar sermones religiosos.
Los sermones expositivos pueden estar basados sobre: Un capítulo de la Biblia. Una historia o parábola. Una serie de versículos que desarrollan un pensamiento especial.
Tomar todo un capítulo de la Biblia para un sermón, meramente por seguir la división de capítulos, no es recomendable. Hay capítulos que sirven para tal objeto porque contienen un solo mensaje, pero hay otros que contienen materias tan diversas que, al querer comentar todo el capítulo, además de exponerse el predicador a predicar un sermón demasiado largo, corre el riesgo de que por la diversidad de materias borre con las últimas la impresión de las primeras sobre la mente de los oyentes. Solamente en una serie de estudios bíblicos en los cuales venga comentándose algún libro de la Biblia es admisible predicar sobre capítulos, y aun en tales casos es necesario no sujetarse a tal división, sino a los asuntos que se tratan en cada capítulo, predicando un sermón sobre aquel grupo de textos que desarrollan un asunto. Esto es bastante difícil, especialmente en las epístolas de San Pedro y de San Juan y también en algunas porciones de las cartas de San Pablo. En todo caso debe procurarse agrupar aquellos textos que presentan un lazo de relación entre sí por alguna palabra o idea común, como tendremos ocasión de ver. No obstante, se encuentran bastantes capítulos en la Biblia que ofrecen material para un solo sermón.
SERMONES NARRATIVOS
La mayor parte de los sermones expositivos suelen basarse sobre historias bíblicas o parábolas.
Lo primero que tiene que hacer el predicador para preparar un sermón de esta clase es leer el relato con suma atención, anotando los hechos que más le interesen o contengan alguna aplicación práctica.
1. Formule preguntas relacionadas con el hecho, como, por ejemplo:
¿Por qué pronunció Jesús esta parábola? Probablemente hallará la contestación en el contexto.
¿Qué enseñanzas hay para los creyentes? Trate de aplicar en los detalles o en la totalidad del pasaje.
¿Qué enseñanzas hay para el creyentes? Trate de aplicar el pasaje a su propio corazón y piense en las necesidades espirituales de su congregación a la vez del pasaje leído.
2. Anote las palabras principales de la narración busque su significado espiritual. Por ejemplo: Si se trata de la parábola del sembrador, las palabras clave serán: sembrador, semilla, terreno, espinas, pedregales, aves, enemigo. Pregúntese y responda qué significado puede tener cada una de ellas en el terreno espiritual.
Si se trata de una historia del Antiguo Testamento como, por ejemplo, la de Naamán, las palabras clave serán: lepra, profeta, criados, rey, Jordán, limpio, etc. Y, aplicando el sistema de preguntas, tendremos:
¿Qué es la lepra? ¿Qué representa la lepra? ¿Quién era el profeta? ¿A quién puede representar? Y así a cada uno de los personajes. Además puede preguntarse: ¿Qué aprendemos de la conducta del profeta? ¿Y de la del rey? ¿Y de los criados? ¿Y de la sirvienta? Con las respuestas a todas estas preguntas tendremos bastante material acumulado para un sermón, pero estará desordenado.
Antes de entrar en las aplicaciones del sermón, se procura referir la historia en un lenguaje vivo y dramático, sobre todo si hay en la congregación personas que nunca la han oído.
Al explicar la historia puntualice los detalles sobre los cuales quiere basar aplicaciones espirituales, por ejemplo: Lo incurable de la lepra, pues después tendrá que decir que el pecado es una enfermedad incurable; el error de Naamán acudiendo a una alta recomendación, pues ello le servirá para combatir la mediación de los santos; la sencillez del método de curación recomendado, pues luego tendrá que hablar de lo sencilla que es la salvación por la fe, etcétera. Pero resista la tentación de explicar la aplicación mientras cuenta la historia.
Después podrá formular la aplicación en la siguiente forma o parecida:
Tema: EL ERROR DE NAAMAN
2ª Reyes 5
I. La terrible enfermedad del pecado.
a) Aplíquese a grandes y pequeños.
b) Es inherente al hombre caído.
c) Trae infaliblemente un desastroso fin.
II. El remedio infalible: El sacrificio de Cristo.
a) Advertido por el testimonio personal.
b) Definido por los servidores de Dios.
III. Métodos erróneos para conseguirlo,
á) No por dinero. Véanse Mateo 10:8; Hechos 8:20; 1ª Pedro 1:18.
b) No por influencia: Juan 2:4; 1.a Timoteo 2:5.
c) Considerar otras cosas tan buenas o mejores que lo que Dios ha revelado. humanismo, moralidad.
IV. El método indispensable.
á) Escuchar el mensaje con humildad.
b) Creerlo de corazón.
c) Obedecer sin excusas y de un modo completo.
Se pueden hacer también sermones expositivos yendo directamente a las aplicaciones del hecho sin referir la historia. Dicho método es recomendable cuando el tiempo es muy limitado y se está hablando exclusivamente a creyentes que conocen la historia sobradamente, pero el primer método es más recomendable si el predicador es un buen narrador y sabe poner colorido a la historia, refiriendo detalles que no están en la narración bíblica, pero que pudieron ocurrir con toda probabilidad.
Sin embargo, el predicador debe tener mucho cuidado, sobre todo si es joven y nuevo en el arte de predicar, de no forzar su imaginación de tal modo que pinte la historia con colores extraños, añadiendo detalles inverosímiles. Hay que evitar describir a Noé, como hizo cierto predicador, a la puerta del Arca leyendo la Biblia.
Siempre al añadir detalles a las historias bíblicas debemos proceder con sumo cuidado para distinguir lo que está referido en la Biblia y lo que es imaginación del predicador. Nunca deben darse tales ideas como si fuesen de la Biblia, sino que debemos distinguirlas con un "probablemente...", "podemos suponer...", "es posible que...", "podía ocurrir que...", y nunca hacer una afirmación concreta que no se halle contenida en las Sagradas Escrituras. La primera cualidad del predicador es ser veraz.
MÉTODO ANALÍTICO
El sistema mayormente empleado en la clase de sermones llamados expositivos es el método simple, que consiste en comentar versículo por versículo, este sistema, generalmente usado por los predicadores sin estudios, es también empleado por los grandes expositores de la Palabra de Dios. ¿La razón? pues que es el método que permite sacar más provecho de la porción que se estudia, ya que con él se analiza cada frase, cada sentencia, cada palabra, sin dejar nada por exprimir en consideraciones y comentarios.
El predicador sencillo lo encuentra maravilloso. No hay que preparar sermón alguno, ni bosquejo, con este sistema, sino tan sólo meditar cada versículo. Cuando se han terminado los pensamientos referentes a una frase se procede a la siguiente; sin embargo, este sistema puede hacerse muy pesado a los oyentes, sobre todo si éstos no son personas muy fervorosas, y el predicador es pobre de expresión y de conocimientos.
Pero puede resultar maravilloso si el predicador sabe ir de un texto a otro del modo debido, pues también este método más sencillo tiene su arte y sus reglas.
Al exponer así la Sagrada Escritura es necesario no pasar bruscamente de un texto al siguiente o de una frase a otra del mismo texto, sino que conviene relacionarlos.
a) Por contraste. Por ejemplo, si estamos comentando del Evangelio diremos: "El Señor nos declara en la frase anterior tal o cual cosa; ahora nos dice esto", haciendo notar la relación, diferencia o avance de pensamiento que hay entre ambas frases.
b) Por inferencia de lo no expresado, pero que se adivina o trasluce en el pasaje entre líneas. Las frases más diversas pueden ser relacionadas de esta forma si el predicador es un pensador ágil. Rogamos al lector que lea el pasaje Juan 5:37 al 45. A primera vista le parecerá que el discurso de Cristo cambia completamente de sentido en cada texto de la porción leída. Puede, naturalmente, comentarlo así, separadamente, haciendo como un pequeño sermón para cada texto. Sin embargo, por buenos que sean tales sermoncitos resulta desorientador para la mente de los oyentes oírlos juntos uno tras otro sin conexión alguna entre sí.
Pero puede darse cohesión a estos pensamientos, al parecer tan diversos, preparando un sermón expositivo bajo un tema en la siguiente forma:
LAS CREDENCIALES DE CRISTO
Juan 5:36 al 45
Vers. 36. — El Señor está hablando del testimonio de Juan, a quien los judíos enviaron a preguntar si era él el Mesías (véase Cap. 1; 19). Pero éste, en lugar de testificar de sí mismo, habló en favor de Cristo (Cap. 1, vers. 29). Los judíos orgullosos no lo creyeron, sino tan sólo algunos pocos discípulos; por esto Jesucristo les señala en cuanto a sí mismo un testimonio superior, el de Dios.
Vers. 37. — Ahora bien, la pregunta que ellos y cualquiera se haría es: "¿Pero qué garantía tenemos de que Dios ha señalado a un humilde artesano de Nazaret como el Mesías?" Si pudiéramos ver a Dios, oír su voz haciéndonos tal declaración, bien, pero no hay tal cosa como esto. A este escepticismo alude la segunda parte del versículo.
Vers. 38. — Dado el modo en que Dios se revela al mundo, el que no tiene el Espíritu de Dios en el corazón no sabe percibir el mensaje de Dios en boca de sus mensajeros. Esto observamos cada día en nuestros servicios religiosos y ocurría igualmente en los días de Cristo. Sólo los que viven más cerca de Dios descubren y entienden por intuición espiritual lo que Dios quiere revelar a sus almas, por medio de sus siervos.
Vers. 39. — Pero las profecías de la Sagrada Escritura son un testimonio evidente, aun para el que no tiene la intuición espiritual, con tal que tenga buena voluntad. Por eso Cristo les invita a escudriñarla, para que se persuadan de que lo que las Sagradas Escrituras dicen acerca del Mesías que había de venir, estaba cumpliéndose en su persona.
Vers. 40. — El resultado de tal estudio sería la vida eterna, pero no por el mero hecho de leer la Biblia como un libro mágico, sino solamente en el caso; que como resultado de tal estudio naciera en ellos la fe sincera que les hiciera aceptar a Cristo de un modo libre y espontáneo.
Vers. 41. — Este reconocimiento no aprovecha al mismo Cristo, ya que aquel a quien adoran las criaturas celestes no necesita la poca gloria que podemos darle.
Vers. 42. — Pero El se goza de ver el amor de Dios reflejado en el corazón de los hombres hechos a su imagen. Cuando falta este amor todo está perdido.
Vers. 43. — La locura humana consiste, empero, esto precisamente:
a) Rehúsa glorificar a Dios y da la gloria a criaturas humanas (santos, papa, héroes, ídolos nacionales, etc.).
Vers. 44. —
b) Este gran error es fomentado por el humano orgullo, que procura obtener el honor para sí o para su grupo. (Mucho del honor que se da a los santos canonizados en cada época es fomentado por el orgullo patriótico, de orden religioso, etcétera. Ejemplo: Juana de Arco y muchos otros.)
Vers. 45-47. — La Palabra de Dios será, empero, el juez infalible que juzgará a los que se han extraviado de tal modo. ¡Qué desengaño para los judíos cuando se den cuenta de que les condena aquel a quien ellos idolatraban como su gran legislador y Caudillo!
¡Qué desengaño para muchos católicos cuando la bendita Virgen María pueda hablarles, no según la ilusión de los que hoy pretenden tener visiones, sino según ella es y piensa en verdad, lo cual conocemos por las enseñanzas del Evangelio!
Conclusión. — Nadie sino Cristo tiene credenciales divinas. Aceptémosle y dejémonos guiar sólo por El.
Cualquier predicador inteligente sabrá desarrollar estos puntos mucho más allá de lo aquí sugerido; pero el breve comentario que damos ofrece la clave para unir y relacionar estos versículos entre sí, haciéndolos la base de un sermón compacto. Nótese, empero, que para hacerlo así es indispensable tener un tema, y el de Las credenciales de Cristo es el mejor que corresponde a este pasaje.
MÉTODO SINTÉTICO
Cuando el comentario abarca un capítulo fecundo, de las epístolas o de los salmos, por ejemplo, será conveniente para agruparlos bajo un tema omitir los textos que no se avienen al plan propuesto, haciendo la selección solamente de los que entran en el plan lógico del sermón.
Este método es aún más sugestivo que el explicar un versículo tras otro, y el público lo aprecia más, porque le permite recordar el mensaje muchísimo mejor.
Supongamos que se trata de exponer el capítulo 4 de Filipenses. El predicador puede agrupar los pensamientos principales de dicho riquísimo capítulo bajo un tema general, del siguiente modo:
SIETE PRIVILEGIOS DEL CREYENTE
1. Gozo constante: Vers. 4.
2. Liberación absoluta de cuidados: Vers. 6.
3. Paz abundante: Vers. 7.
4. Amigo siempre presente: Vers. 9.
5. Contentamiento que nunca fracasa: Vers. 11.
6. Poder todo suficiente: Vers. 15.
7. Una inagotable provisión para cada necesidad: Vers. 19.
Del mismo modo puede trazarse el conocido Salmo 23 bajo el tema:
PRIVILEGIOS DE AQUEL CUYO PASTOR ES JEHOVA
1. Toda necesidad suplida: Vers. 1-3.
2. Todo temor expulsado: Vers. 4.
3. Todo deseo satisfecho: Vers. 5-6.
El mismo pasaje que comentamos antes por el sistema analítico, versículo tras versículo, puede ser tratado por el sistema sintético desde el punto de vista de los privilegios, usando solamente aquellos textos que corresponden al tema, en la siguiente forma:
LO QUE GANAMOS POR LA FE EN CRISTO
1.a Pedro 1:3-8
1. Nuevo nacimiento: Vers. 3.
2. Una esperanza viva garantizada por un hecho innegable: Vers.
3. Una herencia gloriosa (Vers. 4), cuyas características son:
a) Incorruptible.
b) Incontaminable.
c) Reservada en los cielos.
4. Seguridad de los herederos: "Guardados por la virtud de Dios": Vers. 5.
5. Gozo inefable y glorificado: Vers. 8.
6. Recompensa y honores en la aparición de Cristo: Vers. 7.
Para hacer buenos sermones expositivos de cualquier pasaje de las Sagradas Escrituras es necesario buscar una línea de pensamiento que engarce los principales textos como en una especie de collar de perlas. Será la manera de que la gente las retenga todas y no pierda ninguna. Si se las ofrecen sueltas no recibirán tanta edificación espiritual, ni podrán recordar tan bien el sermón.
Supongamos que el comentario que queremos hacer es sobre el 2.° capítulo de 1.a Juan. Este es un capítulo difícil de unir en una sola línea de pensamiento, pues el estilo de San Juan no sigue un argumento continuo, como algunos capítulos de las epístolas de San Pablo, sino que varía constantemente sin embargo, puede hallarse aquí un lazo de conexión en la persona de Jesús, y podremos decir que el capítulo nos presenta:
SIETE ASPECTOS CONSOLADORES DE CRISTO
1. Jesús, abogado con el Padre: Vers. 1.
2. Jesús, la propiciación por nuestro pecado: Ver. 2.
3. Jesús, nuestra luz: Vers. 8.
4. Jesús, dador del Espíritu Santo: Vers. 20, 27.
5. Jesús, el Hijo de Dios: Vers. 20, 23.
6. Jesús, el prometido: Vers. 25.
7. Jesús, el que ha de venir: Vers. 28.
Cada uno de estos puntos puede desarrollarse con preciosas enseñanzas acerca de la persona de Cristo. Claro está que este método no nos permite comentar otras enseñanzas muy importantes que el mismo capítulo nos ofrece acerca de los jóvenes y de la necesidad de vivir separados del mundo. Para esto debiéramos tratar los versículos 12 al 17 bajo otros temas como "La victoria contra el pecado" o "Vanidad de las cosas presentes". Pero no pueden mezclarse estos temas con el estudio de la persona de Cristo que nos ofrecen los otros textos escogidos, y el mensaje queda así más compacto y es más fácil de recordar.
Sermones Textuales: En líneas generales, el sermón bíblico puede ser catalogado en tres clases:
TEXTUAL, el que se limita a exponer y explicar un texto bíblico.
TEMÁTICO, el que se basa sobre un tema o asunto.
EXPOSITIVO, es el que comenta un pasaje bíblico, narración o parábola de la Sagrada Escritura.
Estas tres clases se subdividen en muchas otras según el carácter o procedimiento que se adopte para el arreglo del sermón, como tendremos ocasión de ver.
El sermón textual es el más fácil, sobre todo en su forma simple o ilativa.
DIVERSOS USOS DEL TEXTO
La costumbre de basar el sermón evangélico sobre un texto bíblico es muy antigua y en gran modo recomendable. El texto bíblico da autoridad divina al sermón.
Permítasenos, empero, decir que los textos bíblicos suelen ser usados en tres formas por los predicadores:
a) Como punto de partida para el sermón. Algunos predicadores hacen uso del texto como de una especie de plataforma desde la cual se lanzan a hablar sin acordarse del lugar de donde vinieron. Los que usan así su texto como excusa y no como base del sermón muestran tener poco respeto a la Palabra de Dios y no serán estimados por una congregación de creyentes espirituales y fervorosos.
b) Como punto de socorro o apoyo. Otros predicadores dicen su texto y predican sin orden de pensamientos más o menos buenos, pero que por lo general no tienen mucha relación con su texto. Cuando el predicador se ve perdido, regresa al texto, lo repite y vuelve a lanzarse al mar de su palabrería, en otra dirección muy diferente que la primera vez, usando como excusa de su nueva disertación alguna otra palabra del mismo texto, pero el oyente que piensa lógicamente no puede ver ninguna relación ni conexión entre esta segunda parte del sermón y la primera. Las congregaciones sometidas a la tortura de esta clase de sermones nunca tienen una idea clara de lo que se propone decirles el predicador y les es muy difícil recordar otra cosa que sus frases sueltas del sermón.
c) Como verdadero texto y fundamento del sermón. En las formas que vamos a analizar.
I. Sermón textual ilativo.
El método más sencillo para preparar un sermón textual es el de comentar el texto palabra por palabra. Hay textos muy buenos para esta clase de sermones, pero no todos sirven para tal desarrollo, y muchos textos no pueden ser tratados de modo alguno en esta forma simple, pues darían como resultado un galimatías de ideas sin orden lógico.
Sobre 1.a Timoteo 1:15
Después de formular un tema que concrete el mensaje del texto, como:
"EL FIEL MENSAJE" o "NOTICIA SIN IGUAL", puede desarrollarse diciendo:
Introducción. — La necesidad de verdad que tiene el mundo habiendo habido tantas enseñanzas de error. Afortunadamente hay un mensaje de parte de Dios que puede con razón ser llamado:
I. Palabra fiel. — Expónganse los motivos que tenemos para creer en la fidelidad de la Sagrada Escritura, como son su enseñanza inigualable, profecías cumplidas, fidelidad y pertinacia de los primeros propagadores del Cristianismo, etc.
II. Digna de ser recibida de todos. — Puntualícese la necesidad que todos los hombres tienen de salvación y, por tanto, de hacer caso del llamamiento de Dios. (Resístase la inclinación que pueda sentir el predicador novato a explicar en este segundo punto el plan de salvación, pues esto ha de venir después. Hasta aquí no hay que hablar más que de la veracidad y necesidad del mensaje.)
Pásese luego al tercer punto diciendo: ¿En qué consiste tan gloriosa noticia que todo hombre necesita conocer?
III. Que Cristo Jesús vino al mundo. — Cristo significa "ungido", elegido de Dios para una misión especial. Jesús significa "Salvador". Háblese de las repetidas promesas que Dios hizo de enviar a un Ser de tal naturaleza a través de los tiempos desde que el primer hombre pecó. (Resista también aquí la tentación de explicar cómo Cristo nos salva, reservándolo para el punto que sigue.)
IV. Para salvar a los pecadores. — Su venida habría sido de poco provecho a la Humanidad si no hubiera llegado a realizar el objeto de ella, si se hubiera limitado a ser un Maestro y no llegara a efectuar la salvación por su muerte redentora. Ilústrese con alguna anécdota de alguien que se haya sacrificado por un prójimo.
V. De los cuales yo soy el primero. — Esta confesión de parte de cada hombre es indispensable para poder recibir el beneficio inmenso de este glorioso mensaje de indulto. Diga a los oyentes, personalizando ya el asunto: "Quizá no seas el más grande pecador del mundo, pero eres el primero, por cuanto ninguno hay más cercano y que te interese tanto salvar como tu propia alma inmortal."
Nótese el orden lógico de este texto, que empieza con un preámbulo acreditando la certeza de la fe cristiana y termina con una aplicación personal.
Otro texto notable que viene lógicamente ordenado es Juan 10:27 y 28, el cual, por referirse a una metáfora —la del Buen Pastor—, requerirá una explicación y aplicación especial.
LOS PRIVILEGIOS DEL REBAÑO DE CRISTO
Introducción. — Referirse a la adecuada figura del Pastor que con frecuencia ocurre en la Biblia.
I. "Mis ovejas oyen mi voz". — Explíquese quiénes son tales ovejas.
II. "Yo las conozcan". — El privilegio y la responsabilidad que implica la omnisciencia de Cristo.
III. "Y me siguen". — Defínase lo que significa seguir a Cristo, imitarlo, obedecerle, etc.
IV. "Yo les doy vida eterna". — Considérese la grandeza de esta promesa.
V. "Y no perecerán para siempre". — Una seguridad preciosa de la que no debemos abusar.
VI. "Ni nadie las arrebatará de mi mano". — Hágase observar la seguridad y consuelo que esta frase del Salvador ofrece en horas de tentación.
No deben ser tratados en forma expositiva simple sino aquellos textos que contienen en sí mismos un orden lógico y progresivo, es decir, que van de lo general a lo particular y de lo menos importante a lo más apremiante.
II. Sistema textual analítico.
Puede añadirse fuerza a las ideas del texto si se concreta en una frase que las defina de un modo sugestivo, es decir, formulando una especie de tema para cada parte del texto.
LA PROMESA DEL LADRÓN ARREPENTIDO
Lucas 23:43
I. Seguridad preciosa. — "De cierto, de cierto te digo".
II. Invitación admirable. — "Estarás en el Paraíso".
III. Compañía gratísima. — "Estarás conmigo".
IV. Promesa sin dilación. — "Estarás hoy".
En este método se da prominencia más bien al pensamiento que a las palabras del texto, y no hay tanto peligro de que se siga tan solamente un tratamiento verbal del mismo, es decir, una mera repetición de lo que el texto dice: porque estos epígrafes analíticos sugieren al predicador nuevas ideas.
III. Sistema analítico invertido.
Algunos textos pueden ser tratados provechosamente de diversos modos por medio de la inversión de términos, o sea, variando el orden de las frases que entran en el texto.
PRIVILEGIO QUE ENTRAÑA GRAN PELIGRO
Tomando Efesios 4:30, pondríamos por título:
I. Un gran beneficio. — "Sellados por el Espíritu".
II. Una gran esperanza. — "El día de la redención".
III. Un gran requerimiento. — "No contristéis al Espíritu".
en el bosquejo hay un progreso de pensamiento hacia el objeto primordial del texto, que es exhortar a los creyentes a vivir a la altura de nuestra soberana vocación.
IV. Sistema analítico-expositivo.
El sistema analítico se emplea con gran provecho en textos largos, o sea, porciones formadas por varios versículos, de los cuales se toma, no cada palabra o frase para exponerla a considerarla, sino las que convienen al plan general del sermón según el tema bajo el cual se comenta.
Esta clase de sermones se llaman expositivos, damos aquí estos ejemplos para mostrar cómo se aplica a ellos el método analítico la inversión de términos. No es posible la formulación homilética de sermones expositivos si no es por el método analítico, ya que se trata de pensamientos diseminados en un largo pasaje y no de un solo texto que se divide en partes. Por esta razón, sin las frases analíticas que relacionan sus partes con el tema, no tendrían sentido las frases escriturales que se escogen para comentar.
LA RELIGIÓN GENUINA
Ezequiel 31:19-21
I.Su autor. — "Yo Jehová".
II.El cambio que produce. — "Corazón y espíritu nuevos".
III.La obediencia que demanda. — "Para que anden y guarden".
IV.La bendición que da. — "Serán mi pueblo".
DIOS, EL TODO EN LA VIDA DEL CREYENTE
Salmo 73:24-26
I.Su guía en la vida (vers. 24 a).
II.Su sostén en la muerte (vers. 24 b).
III.Su porción para siempre (vers. 26).
Nótese cómo en el primer bosquejo todo el desarrollo giró alrededor de la palabra religión y en el segundo en la persona de Dios. Esta es la ventaja de tener un tema que une y da cohesión al sermón.
En ambas porciones bíblicas hay muchas más palabras y frases interesantes que tientan al expositor a comentarlas, pero para que el discurso siga un plan deben tomarse solamente aquellas que tienen relación con el tema y desarrollarlas con la suficiente extensión para que el conjunto forme el sermón interesante y edificante que deseamos dar a nuestros oyentes.
En el desarrollo del ejemplo 9 aparece dentro del texto bíblico el vers. 25, el cual puede ser citado, y hasta comentado, durante el desarrollo del vers. 26, explicando que a veces, con motivo de las tribulaciones con las cuales Dios prueba a sus hijos, el creyente es tentado a sentirse solo, abandonado de la Providencia y llevado a pronunciar con ironía y amargura la pregunta del versículo 25; pero, basado en la gloriosa esperanza del vers. 24, se cambia la amargura en confianza, hasta poder llegar a decir en un sentido ponderativo, no con signos interrogantes sino de admiración, la pregunta "¡A quién tengo yo en los Cielos!" Este cambio del interrogante al admirativo puede estar basado en el poder y sabiduría de Dios que observamos en la Naturaleza, o en las promesas de la Biblia, y también en ambas cosas. Para ello podemos presentar a los oyentes ejemplos científicos o citas bíblicas.
Pero en este comentario el vers. 25 debe entrar, no en el orden en que lo hallamos en la Biblia, sino como un desarrollo del vers. 26; o sea, después de haber explicado la primera parte del texto que dice: "Mi carne y mi corazón desfallecen", para terminar con el clímax optimista "Mi porción es Dios para siempre". Esto es: tanto en los días malos como en los días buenos.
Si tratáramos de explicar el 25 antes del 26, resultaría una regresión de pensamiento el tener que decir: "Mi carne y mi corazón desfallecen", después de haber declarado: "Fuera de Ti nada deseo en la tierra." Pero el esqueleto del sermón, basado en su título "Dios, el todo en la vida del creyente", nos ayuda a rectificar el vaivén de contrastes propio de la poesía hebrea, para construir un mensaje escalonado, que empieza por la guía divina que comenzamos a recibir desde nuestra infancia, y termina en una preciosa seguridad para todo tiempo y circunstancia.
Vamos a poner el ejemplo de un texto tratado en las tres formas que venimos explicando:
LA POBREZA DE CRISTO, NUESTRA RIQUEZA
2ª. Corintios 8:9
método ilativo:
I. Siendo rico. II.
Se hizo pobre. III.
Para que por su pobreza fuésemos enriquecidos.
método analítico:
I. Su incomparable riqueza original.
II. Su extrema pobreza a que voluntariamente se sometió.
III. La inmensa riqueza que con esto nos proporcionó.
Nótese cómo en ambos casos se expresa lo mismo, pero el segundo bosquejo es más sugestivo para el predicador.
MÉTODO ANALÍTICO-INVERTIDO:
I. La incomparable riqueza original de Cristo. — "Siendo rico". El Cielo y el Universo le pertenecen.
II. La incomparable riqueza moral de Cristo. — "La gracia". Dios no es solamente rico en poder, en ciencia, en gloria, etc., sino que lo es en amor. "Dios es amor". Ilústrese con ejemplos de la Naturaleza y de la Biblia.
III. El gran motivo que le movió. — "Por amor de nosotros". Compadecido de nuestra miseria. Ilústrese con ejemplos de pecado y desgracia en este mundo.
IV. El admirable método que adoptó. — "Se hizo pobre". Confírmese e ilústrese con ejemplos de los cuatro Evangelios.
V. La inmensa riqueza que con ello nos proporcionó. — "Fuésemos enriquecidos" con una paz y gozo presentes, y las riquezas del Cielo por siglos sin fin.
Obsérvese que en los dos primeros bosquejos hemos tenido que omitir frases muy importantes del texto, como son: "la gracia" y "por amor a nosotros", porque no venían en el versículo en el orden lógico que convenía, mientras que en éste, gracias al método analítico y a la inversión de términos, hemos hallado la manera de incorporar estos buenos pensamientos al bosquejo, sin dejar de formar un conjunto lógico y ordenado bajo un plan.
Es natural que en el desarrollo de los dos primeros bosquejos la idea de la gracia o amor de El Salvador habrá de entrar y el predicador tendrá ocasión de exponerla en sus puntos II y III, pero ello será en el curso de la explicación sin poder formar una división especial, que no correspondería con las otras.
Es indispensable usar el método analítico para poder invertir los términos de un texto, pues sin la frase que analiza y completa la idea del texto, el predicador no podría dar razón del porqué de la inversión o cambio de orden de las frases que entran en el texto.
Supongamos que el lector hallara en algún libro de sermones un bosquejo bíblico formulado en esta forma:
I. Siendo rico.
II. La gracia.
III. Se hizo pobre.
IV. Para que fuésemos enriquecidos.
Sentiría que el punto segundo rompe la relación entre el primero y el tercero; pero la definición de la gracia como "riqueza moral de Cristo", une perfectamente el segundo punto con el primero y prepara el terreno para el tercero.
V. Sermón textual-sintético.
Denominados así aquellos sermones basados sobre un solo texto para el desarrollo de los cuales el predicador no sigue las mismas palabras del texto, ni en forma ilativa, ni tampoco por medio de frases analíticas, pero todas derivadas del texto y relacionadas con éste.
Sobre Juan 6:37 y bajo el tema:
SEGURA INVITACIÓN
Como introducción puede decirse: Jesús no puede echar a nadie fuera, de los que vienen a El, y las razones lógicas son:
1. Sería en contra de su promesa.
2. En contra de su oficio.
3. En contra de su corazón.
4. Sería en contra de su deseo, y
5. Anularía la obra de gracia iniciada por el Espíritu Santo en el corazón que se siente constreñido a acudir a Cristo.
Resumen: Puedes acudir, pues, con confianza.
Sobre Mateo 9:9 y bajo el tema:
SIGÚEME
Introducción. — Describir gráficamente el caso de la vocación de Mateo, con cierto aire de misterio, sin citar el nombre sino dejándolo adivinar a los oyentes.
Debe hacerse notar que todo el cambio fue realizado por una sola palabra. A nosotros nos cuesta a veces miles de palabras convencer a personas hasta hacerles tomar una resolución quizá trivial. En este caso una sola palabra bastó para determinar una decisión trascendental que cambió toda una vida. Tras esta introducción puede procederse al desarrollo del sermón formulando estas tres divisiones:
1. ¿Quién es el que dice esta palabra?
2. ¿Qué implica seguir a Cristo?
3. Resultados de seguir a Cristo.
Sobre Lucas 24:34, bajo el tema:
PADRE, PERDÓNALOS
Pueden formularse estas cuatro divisiones:
1. ¿Quién suplicó esto?
2. ¿Por qué pide esta clemencia?
3. La ocasión en que la pide.
4. Lo que aprendemos de esta súplica.
Pero si se hacen las divisiones de tal modo que formen proposiciones u observaciones resulta aún más interesante y sugestivo el bosquejo. Se puede entonces decir:
1.Es la primera oración jamás oída de tal índole en la tierra. Es la cruz de Cristo que introduce tal oración.
2.Es el Hijo de Dios venido del cielo que ora así por sus verdugos. La idea de perdón ha venido del Cielo.
3.Es el reflejo de su hermoso carácter.
a) Su ternura.
b) Su clemencia.
c) Benigna disposición.
d) Amor.
e) Nobleza.
f) Abnegación.
4. Es la prueba de que es el Redentor.
a) Desde la misma cruz procura el perdón para los más indignos.
b) Lo obtiene en virtud de su sacrificio.
5. Estas palabras dejan ver a Cristo en calidad de Mediador.
Nótese el argumento con que defiende: «No saben».
Conclusión. — Esta oración proclama que la única manera para salvarnos es por la clemencia divina, por gracia.
Obsérvese que en ambos bosquejos hay una gradación de pensamiento de lo general a lo particular, dentro del texto, pero sin sujetarse a la letra del mismo.
El sermón textual-sintético, más que ningún otro de los que hasta aquí hemos estudiado, reclama subdivisiones. Este bosquejo queda muy seco con sólo las cuatro divisiones principales, mientras que tratado por proposiciones resulta muy sugestivo.
Presentamos aquí un bosquejo completo con sus subdivisiones para dar una idea más clara del sermón textual-tópico.
AMAD A VUESTROS ENEMIGOS
Mateo 5:44
I. ¿Quién lo manda?
1. Jesús, el que tiene toda autoridad.
2. El que lo practicó en su vida.
3. El que lo practicó en su muerte.
4. No hubiera podido ser sugerido por la Naturaleza.
II. ¿A quién lo manda?
1. A los discípulos, seguidores, imitadores, que tienen el deber de seguir sus pisadas.
2. A los redimidos, los que le deben el inmenso favor de la vida eterna; favor obliga.
3. A los perdonados, los que eran a su vez enemigos.
III. ¿Por qué lo manda?
1. Es agradable a Dios, Padre de todos los hombres.
2. Es una señal segura de ser hijos de Dios.
3. Es indispensable para asemejarnos a Cristo y prepararnos para la vida de amor en el Cielo.
IV. Ventajas de cumplir este mandato.
1. Impide que perjudiquemos a otros.
2. Nos libra a nosotros mismos de los peligros del odio. (Donde las dan, las toman.)
3. Convierte a los enemigos en amigos.
Será el mejor medio para ganar almas para Cristo, y si son hermanos, para ayudar a elevarles a una vida superior.
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Partes de un Sermon
Título
Es el nombre del sermón.
No siempre es necesario. Pero es útil cuando el sermón debe ser anunciado en el boletín de la iglesia o en medios informativos. El título debe resumir el tema del sermón o ser una clara referencia al mismo.
Títulos fantásticos, o vulgares, o grandilocuentes, o que prometen más de lo que el sermón puede dar, deben ser evitados. Los títulos sencillos, simples, breves, que apelen al corazón y a la mente serán siempre preferidos.
Introducción
Es una breve porción del discurso, ubicada al comienzo de éste, cuya función es la de atraer la atención del oyente al tema que ha de ser presentado.
Es de esperar que el oyente venga a la reunión con el corazón y la mente cargados con sus problemas. Si no logramos atraer su atención a la predicación es probable que regrese a su casa sin tener idea de lo que se dijo desde el frente.
Conozco predicadores que no necesitan de elaboradas introducciones. Su sola presencia atrae la atención de los oyentes y crea un clima sagrado y cargado de interés en las cosas eternas. Tan pronto suben a la plataforma o se acercan al púlpito, la congregación fija su vista en ellos y guarda silencio esperando con gran interés oír algo de sus labios. Pero aún estos predicadores tan bendecidos, necesitan abrir el entendimiento y el corazón del oyente a fin de prepararlo para contemplar en toda su amplitud y profundidad el tesoro de la Palabra de Dios.
De la introducción puede depender que el oyente tome el sermón en serio o en broma, que quede impresionado por la grave importancia de lo que se va a decir, o que piense que el sermón no vale la pena y se quede dormido durante todo el tiempo de la predicación.
Nuestro tema, si somos fieles expositores de la Palabra de Dios, será siempre el más importante de todo el universo por las edades eternas, esto es: El sacrificio de amor infinito de la cruz, por medio del cual somos salvados por la fe. También la promesa de vida eterna cuando Jesucristo regrese en gloria.
La introducción puede ser feliz, pero nunca liviana; puede ser solemne, pero nunca sombría; puede ser sencilla, pero nunca trivial, puede ser interesante, pero nunca tomará el lugar del tema del sermón, sino que guiará el interés de los oyentes a él. Estará cargada de un entusiasmo celestial, encendida en el fuego del Espíritu. Será siempre la promesa de algo muy grande que viene, y que no me debo perder.
Hechos de la vida diaria, experiencias personales, hechos de la naturaleza, noticias, etc. debidamente aplicados, pueden servir de introducción para el tema.
La introducción nunca debería concluir en sí misma, sino terminar dejando un interrogante. Como para que el oyente piense: “¡Interesante! Pero. . . ¿Y ahora qué? ¡Vamos hombre! ¿Qué vas a decir ahora al respecto? ¡Continúa!”
Texto
Es una porción de la Escritura donde la verdad a ser presentada aparece con claridad meridiana, y que será la base del tema del sermón.
Todos los textos de la Biblia constituyen la Palabra de Dios a través de un profeta dada a los hombres. Sin embargo, no todos los textos bíblicos se prestan para ser el texto de un sermón. Procura imaginar un sermón basado en el capítulo 3 de Job:
3 «¡Perezca el día en que yo nací y la noche en que se dijo:”Un varón ha sido concebido!” 4 Que aquel día se vuelva sombrío; que no cuide de él Dios desde arriba ni haya luz que sobre él resplandezca.
Estas son las palabras de un hombre de Dios, grandemente atribulado por calamidades repentinas que cayeron sobre él una tras otra y que en medio de su dolor intenso ha perdido momentáneamente la visión de la grandeza y el amor de Dios. Este texto tiene muchísimo sentido en su contexto, en tanto nos ayuda a comprender la angustia de Job, pero, tomado aisladamente, no presenta un mensaje de aliento para el que está pasando por una gran tribulación.
Pero si vamos al último capítulo de Job, encontramos palabras diferentes del patriarca:
1 Respondió Job a Jehová y dijo: 2 «Yo reconozco que todo lo puedes y que no hay pensamiento que te sea oculto. 3 “¿Quién es el que, falto de entendimiento,oscurece el consejo?” Así hablaba yo, y nada entendía; eran cosas demasiado maravillosas para mí, que yo no comprendía. 4 Escucha, te ruego, y hablaré. Te preguntaré y tú me enseñarás. 5 De oídas te conocía, mas ahora mis ojos te ven. 6 Por eso me aborrezco y me arrepiento en polvo y ceniza».
En este caso las palabras de Job revelan una sabiduría nueva, adquirida junto a Dios durante su penosa tribulación y de la cual cada oyente puede ser enriquecido.
Jesús, el Maestro de los maestros, era sencillo en sus presentaciones. Hasta un niño podía entender sus prédicas: la semilla en el campo, el labrador, los dos cimientos, la mujer que perdió una dracma, la oveja perdida, el buen pastor, la vid y sus ramas, la higuera que no da fruto, ¡la viga en el ojo! No necesitaba de sesudos argumentos, ni de palabras en griego o en hebreo, ni de los dichos de los rabinos para presentar la verdad. No se tomaba el tiempo ni el esfuerzo de demostrar que la verdad es la verdad. Sencillamente El era la verdad y se expresaba con la más absoluta confianza en la verdad. Y era su confianza, no sus argumentos, lo que inducía a la gente a creer.
Hagamos, pues, de la misma manera. Dejemos los textos oscuros o conflictivos para los teólogos y para los que siempre andan por ahí tratando de encontrarle la quinta pata al gato. El mismo Pedro nos alerta que en las cartas de Pablo, y también en las otras Escrituras, hay algunas cosas difíciles de entender que “los indoctos e inconstantes tuercen.” Dejemos tales textos difíciles y vayamos a los que parecen tener la verdad “en la punta de la lengua” lista para saltar fuera.
Algunos textos aparentan ser difíciles, pero no lo son. Sencillamente tienen un lenguaje profundo y elevado que escapa al entendimiento de algunos oyentes sencillos. Tales textos no deben evitarse, sino explicarse con claridad para enriquecimiento de aquellos oyentes sencillos.
Recientemente he predicado una serie de sermones sobre el primer capítulo de Juan. Nótese que el texto encierra verdades riquísimas, pero su expresión podría volar por sobre la cabeza de algunos cristianos sencillos.
14 Y el Verbo se hizo carne y habitó entre nosotros lleno de gracia y de verdad; y vimos su gloria, gloria como del unigénito del Padre. 15 Juan testificó de él diciendo: «Este es de quien yo decía: “El que viene después de mí es antes de mí, porque era primero que yo”». 16 De su plenitud recibimos todos, y gracia sobre gracia, 17 porque la Ley fue dada por medio de Moisés, pero la gracia y la verdad vinieron por medio de Jesucristo. 18 A Dios nadie lo ha visto jamás; el unigénito Hijo, que está en el seno del Padre, él lo ha dado a conocer.
Este texto no es difícil ni enredado. Pero sí es muy rico y muy profundo. Todo miembro de iglesia debe entender bien este texto, y Dios te ha puesto a ti para explicárselo. En mi experiencia personal, he percibido al final de la predicación de textos como éste un gozo muy intenso en todos los corazones. Es el gozo de quien ha percibido una nueva luz proveniente del Cielo.
No quieras parecer erudito eligiendo textos controvertidos para tus predicaciones. No eres tú el que debe ser elevado en el sermón, sino el Señor Jesús.
Si elijes textos de Pablo en Romanos, Efesios o Gálatas, asegúrate de que tienes una clara compresión de la doctrina fundamental de la fe cristiana, esto es la salvación por la fe en Cristo.
Proposición
La proposición es la idea central del sermón presentada en una sola frase.
Puede decirse que ésta es la parte más importante del sermón. Representa una clara noción de la verdad que se desea presentar.
No tener una clara proposición, implica que el tema no está lo suficientemente claro en la mente del predicador. El resultado será un sermón vago, impreciso, que no sabe adónde va. El predicador martilla y martilla pero nunca da en el clavo. A la hora del llamado no tiene un punto definido hacia donde llevar las decisiones y todo el sermón termina derramándose como agua en un cántaro rajado.
Podríamos expresar esto usando máximas: “Si no tienes algo bueno para decir, mejor no digas nada.” O bien: “Si no sabes a dónde vas, no vayas a ninguna parte.” (Es decir: siéntate y deja que otro hable.)
Esta idea central o proposición, al ser presentada por el predicador, deberá brotar clara y espontáneamente del texto del sermón ante la mente y el corazón de cada oyente. Si tu proposición no brota naturalmente del texto, deséchala. Podría no ser más que una idea personal tuya. Por culpa de estas ideas personales la fe cristiana está tan dividida en estos tiempos. Si cada predicador se ciñera al tema sugerido por el texto bíblico sin andar metiendo ideas de su propia cosecha, no habría más que un rebaño y un Pastor.
Desarrollo
Es la explicación detallada y la aplicación práctica de la proposición.
Está constituido por un arreglo didáctico de las ideas y materiales usados por el predicador. Su función es ampliar, ilustrar y aplicar a la vida práctica la verdad expresada en la proposición.
Conclusión
Constituye un resumen de lo dicho conducente a reafirmar la verdad presentada en la proposición.
El pastor Alejando Bullón suele usar un relato dramático de conversión con el fin de conmover los corazones y prepararlos para el llamado que vendrá a continuación.
Llamado
Es una apelación ferviente que brota del corazón de un predicador movido por el Espíritu Santo y se dirige al centro mismo del corazón del oyente invitándolo a recibir con fe la verdad presentada.
Todo sermón debe terminar con un llamado. No hacerlo es como trabajar duramente para sembrar y cultivar la semilla y luego abandonarla al tiempo de la siega. El tiempo de la siega es breve y urgente. Demorarse en recoger la cosecha podría dar lugar a que una tormenta repentina arroje todo el grano a tierra. Nunca sabremos si esa será o no la última oportunidad para un alma en peligro. Jamás cerremos la presentación de un sermón sin invitar a la congregación a decidirse por Cristo.
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Recursos:
Diccionario Bíblico: https://www.bibliatodo.com/Diccionario-biblico
Concordancia Bíblica: http://miconcordancia.com/
Bíblias: https://www.blueletterbible.org/
Ilustraciones para sermones: https://www.encinardemamre.com/ilustraciones.htm
Estudios Bíblicos: https://jesus101.tv/